Semillón de Hunter Valley: Una Joya Australiana
Hunter Valley es una región australiana situada a algo mas de 3 horas en coche al norte de Sidney, la cual es conocida por los expertos y amantes del vino por ser la cuna de una joya vinícola que se elaboran a partir de la variedad blanca Semillón. El clima cálido y húmedo del Valle, desde un punto de vista técnico, no debería ser una zona capaz de producir Semillon de gran carácter.
La iniciativa y convicción del viticultor y enólogo Maurice O´Shea -que había estudiado en Francia- permitió descubrir el potencial de la variedad a mediados del siglo XIX, al producir su primer “Mount Pleasant Semillon” en su viñedo de Lovedale. Convencido de su potencial, Maurice guardó una parte de su vino durante 10 años, ocultándolo incluso a sus propios familiares que no confiaban en tal evolución.
Aquel semillón, que de joven tenía una apariencia casi blanca con aromas cítricos y herbáceos, se transformó en todo un veterano con intensos aromas terciarios y manteniendo a la vez la frescura de su juventud… ¡Tan sólo por haber reposado plácidamente en su botella!
Es en la original vinificación donde radica el secreto de este vino, que no antes de los 5 años llega a desarrolla su complejo carácter, pareciendo que ha tenido un paso por madera. Las uvas se vendimian temprano, cuando tienen bajos niveles de azúcar y una alta acidez. Se hace un prensado suave, se procura que el contacto con sus pieles sea mínimo y se fermenta a baja temperatura en recipientes de acero inoxidable. Se traslada a la botella tan pronto como se termina la fermentación.
Hemos catado un “MOUNT PLEASANT ELISABETH SEMILLON 2009” en uno de nuestros cursos y esto es de lo que hemos disfrutado…
Un vino con brillante color pálido limón. Con una intensidad en nariz media que desprende aromas de mandarina, pera verde, flores blancas y toques a melocotón en almíbar, piña ligeramente caramelizada, membrillo y miel.
Tiene una alta acidez, refrescante y perfumada. Es seco, bajo de alcohol y un cuerpo medio. El paso en boca es ligero pero con intensidad aromática alta, glicérico y muy persistente. Siendo una de sus grandes virtudes la conjunción de sabores de frutas frescas con los de las maduras.
Se saborea claramente la pera verde y la manzana, los cítricos, la piña y el albaricoque, todo ello combinado con árbol en flor, jazmín y suaves hierbas tipo eneldo. Transmite sabores salinos y a pedernal. Y deja identificar claramente la miel y un fondo de frutos secos muy sutil.
Es un vino equilibrado, complejo, con una excelente estructura y un elegante final, bueno para tomarlo ya, pero que podría evolucionar aún más en botella pues tan sólo está apuntando los terciarios.
En nuestra opinión un “manjar” extraordinario, bueno para tomar con cualquier pescado, marisco y carne suaves o para degustarlo sólo y descubrir toda su expresión.
Nuestra recomendación es que si un semillón de este tipo -mejor uno de 20, que de 15, que de 10 o de 5 años- llega a tus manos… lo abras con mimo… te detengas a observarlo… le otorgues minutos para que se exprese y… ¡te recrees oliendo y degustándolo! .
Eso sí, por favor… no sea “egoísta”… busca una buena compañía y, como si estuvierais en un “symposion” griego, disfrutad de esta “Joya Líquida Australiana» y de la conversación a la que la misma os incitará.
By Josean – Artean Wines