Viñedos en apuros, el desafío del agua en la era del cambio climático
Varias regiones vinícolas están enfrentando un reto sin precedentes. No se trata de una plaga de insectos o del cambio en los gustos de los consumidores, sino de algo mucho más básico y esencial: el agua. O más bien, la falta de ella…
La escasez de agua y las sequías prolongadas afectan directamente a la calidad y cantidad de de producción de uvas, alterando el equilibrio y las características del vino resultante. Todo esto se transforma en una preocupación acuciante para los viticultores a la hora de garantizar la sostenibilidad hídrica. La situación les obliga a reconsiderar prácticas tradicionales, en ocasiones abandonadas, y/o adoptar nuevas estrategias para mantener la viabilidad de sus viñedos.
Recorrido por algunas regiones afectadas
Cataluña
Una región de larga tradición vinícola, cuna de algunos de los vinos más famosos de España como el Cava y los tintos del Priorat, está experimentado en los últimos años una grave reducción de precipitaciones, lo que ha afectado directamente la producción. Según informes recientes, Cataluña ha visto disminuir los rendimientos de las uvas en un 25-30% debido a la falta de agua.
Los viñedos ubicados en zonas montañosas como el Priorat han sido particularmente vulnerables, ya que los suelos allí tienden a retener menos humedad. La sequía extrema no solo ha reducido la cantidad de uvas, sino que también puede influir en la calidad de las mismas. Las uvas más pequeñas y concentradas pueden dar lugar a vinos más intensos, pero también pueden alterar el equilibrio de acidez y taninos, afectando la longevidad y el perfil gustativo del vino.
California
El corazón de la industria del vino en Estados Unidos, ha sufrido una de las sequías más prolongadas y severas de su historia en la última década. Napa Valley y Sonoma, dos de las regiones vinícolas más prestigiosas, han tenido que enfrentarse a desafíos sin precedentes para preservar sus viñedos. Durante la sequía extrema que comenzó en 2011 y duró varios años, muchos viñedos vieron reducidas sus fuentes de agua, lo que obligó a los viticultores a racionar el riego o incluso a buscar soluciones innovadoras para mantener la producción, como adaptarse a nuevas variedades o el uso de tecnologías de precisión, por ej, respecto a predicciones meteorológicas.
La falta de agua ha llevado a la pérdida de hasta un 30% de los cultivos en algunos años, además de un aumento significativo en los costos de producción debido a la necesidad de comprar agua y tecnologías de irrigación más eficientes. Los incendios forestales, también exacerbados por la sequía, han aumentado el riesgo de que el humo y el calor afecten la calidad de las uvas, un defecto en el vino conocido como «smoke taint», que puede arruinar producciones enteras.
Francia
El país vinícola por excelencia tampoco ha sido inmune a los efectos de la escasez de agua. Regiones como Burdeos, Borgoña y el Valle del Ródano han experimentado veranos más secos y calurosos, lo que ha generado preocupación entre los viticultores. El estrés hídrico en estas áreas ha alterado la maduración de las uvas, lo que puede influir para obtener vinos con perfiles más alcohólicos y menos frescura, un cambio perjudicial para la identidad de ciertos estilos clásicos de vino francés, como es el caso de los Pinot Noir de Borgoña.
En el sur de Francia, donde el clima mediterráneo ya es seco, la situación es aún más crítica. Las viñas en Languedoc y Provenza se han enfrentado a condiciones de sequía severa, obligando a los productores a reducir el riego y a adoptar nuevas prácticas de poda y vendimia.
La búsqueda de soluciones
A continuación, se presentan algunas recomendaciones clave para manejar viñedos en regiones propensas a la sequía:
Selección de variedades de uva resistentes a la sequía
Una de las formas más efectivas de reducir la dependencia del riego es seleccionar variedades de uva que sean más tolerantes al estrés hídrico. Algunas variedades de uva, como la Garnacha y la Monastrell, son conocidas por su capacidad para prosperar en condiciones de baja disponibilidad de agua. Los viticultores también pueden explorar el uso de portainjertos resistentes a la sequía, lo que puede mejorar la capacidad de las plantas para absorber agua en condiciones secas.
Uso eficiente riego por goteo
El riego por goteo es una técnica que permite aplicar agua directamente a las raíces de las plantas, minimizando el desperdicio y maximizando la absorción. Esta técnica es particularmente valiosa en regiones propensas a la sequía, ya que reduce la evaporación y asegura que el agua llegue donde más se necesita. Los sistemas de riego inteligentes, que utilizan sensores de humedad en el suelo y datos meteorológicos para optimizar el momento y la cantidad de agua aplicada, también pueden ayudar a conservar recursos.
Cubiertas vegetales y manejo del suelo
La conservación del agua en los viñedos también puede lograrse mediante el uso de cubiertas vegetales, que ayudan a mantener la humedad del suelo y a reducir la erosión. Las plantas de cobertura, como tréboles o avena, pueden mejorar la estructura del suelo y aumentar su capacidad de retener agua. Además, prácticas de manejo del suelo como el “mulching” (dejar los restos vegetales de la poda o de las coberturas verdes picados a modo de “alfombra” o “colcha” entre las hileras de las viñas) pueden proteger las raíces del calor extremo y reducir la necesidad de riego adicional.